La cultura gastronómica callejera de Palermo es una de las más fuertes de Europa. La revista Forbes la ha clasificado entre las 10 mejores del mundo, mientras que Virtual Tourist ha situado a la ciudad en el 5º puesto entre las mejores productoras de comida callejera del mundo.
Al pasear por las calles, verá muchos vendedores y puestos donde la comida se cocina al momento. Los vendedores trabajan con una especie de carro, normalmente de metal, para llevar consigo su cocina, que consiste en una simple parrilla y algunas sartenes de cobre.
Gracias a estos chefs callejeros tendrás la oportunidad de probar arancine, crocchè, panelle y mucho más. Disfruta de la lectura y, si tú también quieres disfrutar del sabor, solo tienes que ponerte en contacto con nosotros para reservar tu experiencia de comida callejera en Palermo con Moto Ape.
Arancina
Empecemos por su majestad la Arancina: ¡una deliciosa bola frita de arroz!
Se dice que un ilustre siciliano de adopción ideó el empanado como una técnica sencilla pero brillante para conservar el delicioso arroz y transportarlo durante mucho tiempo durante las cacerías y las misiones diplomáticas. Federico II de Svevia, enamorado de Palermo -obligado a la guerra y a los viajes-, viajaba siempre con la fiel y crujiente arancina a cuestas.
Esta piedra angular de la comida callejera de Palermo divide a los sicilianos entre los que prefieren la arancina “accarne” y los que prefieren la arancina “abburro”, los que la llaman arancino (¡nosotros no!) y los que la llaman femenina. Pero ¡pongámonos en orden!
La arancina “accarne” se prepara con ragù (salsa de carne) mientras que la arancina “abburro” se elabora con mantequilla, mozzarella y jamón y tiene una forma ligeramente más alargada. Aunque éstas son las variantes tradicionales, hoy en día -paseando por las calles- encontrará muchas combinaciones diversas que puede elegir, y cuando haya tomado la decisión sobre cuál degustar recuerde que si está en la parte occidental de Sicilia la arancina es femenina, si está en la parte oriental, entonces se llamará arancino.
Pane, panelle y crocchè
Bocadillo con panelle se compone de crujientes buñuelos de garbanzos fritos sobre suaves bollos con semillas de sésamo que pueden ser un Mafalda – llamado así por Mafalda di Savoia – es el pan más crujiente, un Scaletta – que tiene forma de serpiente – o de Focaccia – también llamado Vastidda en siciliano – un bocadillo redondo enriquecido con semillas de sésamo.
Según la tradición, también se pueden añadir crocchè (croquetas) de patata fritas. También es una comida callejera estupenda para los veganos.
En algunos lugares (los más tradicionales) también se puede encontrar la “rascatura”, es decir, las sobras de panelle y crocchè (¡para no tirar nada bueno!).
Pan de bazo (pani ca meusa)
El origen de este plato se remonta a la Edad Media, cuando los judíos de Palermo -que se dedicaban a la matanza de la carne- guardaban como recompensa las vísceras que vendían como relleno junto con pan y queso. El consumo de vísceras, especialmente extendido en Palermo, es típico de aquellas comunidades en las que, al consumo de carne debido a la presencia de familias nobles, correspondía un aprovechamiento de los desechos de la matanza por parte de la gente pobre.
De hecho, el pan viene relleno de bazo de ternera y, a diferencia del panelle, el pane con la milza no puede comerse sin el pan debido a su fuerte sabor. Existe en dos versiones: “schietta“, que significa sola y sólo contiene los ingredientes mencionados o “maritata“(casada) con copos de queso ricotta por encima.
Sfincione
De nuevo una leyenda que se remonta a la vida de los monasterios, como vimos en nuestro artículo sobre los dulces sicilianos: son las monjas del monasterio de San Vito las que dieron vida al suave sfincione. Su intención era crear un rico plato para las fiestas con los pocos y pobres ingredientes de que disponían. Así, partiendo de harina, agua y salsa de tomate, crearon el primer prototipo de sfincione, modificado parcialmente con el tiempo, pero manteniendo las singularidades típicas.
El sfincione se elabora con una masa gruesa y esponjosa similar a la de la focaccia y la pizza, y puede condimentarse con anchoas saladas, cebolla, queso caciocavallo y aceite. En la versión típica de Palermo viene también con salsa de tomate, y aún no ha terminado… Encima de la salsa y el queso, ¡lleva una capa de pan rallado!